Diferencias entre los dioses griegos y los dioses romanos

Las diferencias entre los dioses griegos y los dioses romanos. De las creencias y mitos grecorromanos a las diferencias específicas.

Diferencias entre los dioses griegos y los dioses romanos

La mitología griega y la mitología romana son muy similares entre sí, razón por la cual es común referirse a ambas simplemente como mitología grecorromana. La griega, mucho más antigua, sentó las bases y definió los mitos principales, así como las características de los dioses y sus funciones divinas. Mitos y dioses que los romanos, a través de un proceso cultural denominado sincretismo, tomaron como propios y expandieron agregando nuevas características y creencias tanto a los mitos como a los dioses. Es por esta razón que muchas obras griegas, como la Ilíada y la Odisea de Homero, fueron directamente continuadas por autores romanos como Virgilio, quien con su Eneida expande en el mundo romano la obra homérica. No obstante, y a pesar de sus similitudes, ambas mitologías presentan muchas diferencias entre sí que van más allá de las características particulares de cada deidad.

Si bien los griegos veían a sus dioses como seres supernaturales que representaban estándares inalcanzables por los mortales, los romanos veían a los dioses como ideales a los cuales un mortal podía aspirar con el fin de mejorarse a sí mismo y trascender. Esto último es algo que algunos filósofos griegos también intentaron imponer en la sociedad griega, como por ejemplo Hesíodo, quien a través de su obra Trabajos y días intentó dejar de lado noción divina o predestinada de la areté aristocrática (término griego referente a la excelencia de una persona) y proponer, no obstante, que cualquier persona puede superarse a sí misma y llegar a la areté a través del trabajo y el esfuerzo personal.

Dicho todo lo anterior es importante remarcar lo siguiente: para cada dios griego existe una contraparte romana con prácticamente los mismos poderes y responsabilidades. Las diferencias se dan principalmente en los nombres, algunas de sus obligaciones, personalidades y algunos de los eventos y mitos de los cuales estos formaban parte.

Los nombres de los dioses

A priori la mayor diferencia entre los dioses griegos y los dioses romanos son sus nombres. Esto se debe principalmente al simple hecho de que antes de adoptar a los dioses griegos como propios a través de un proceso cultural de sincretismo, los romanos ya tenían a sus propios dioses. Este proceso de sincretismo fue gradual, y llevó varios siglos, dándose a manera de cambios pequeños en los dioses nativos romanos que los hacían cada vez más similares en esencia y características a los dioses griegos. Por esta razón, dichos dioses nativos con el paso del tiempo mantuvieron las raíces de sus nombres originales, aunque su esencia y características fueron cambiando asemejándose a las de sus contrapartes griegas hasta convertirse prácticamente en los mismos dioses.

Las equivalencias entre los nombres de los dioses mayores y los dioses menores de Grecia y Roma es tratada en detalle en un artículo aparte.

Artículo principal sobre: Equivalencias entre los dioses griegos y los romanos.

Nota: un aspecto curioso de las traducciones de los grandes clásicos como la obra homérica es que muchos autores del pasado traducían a los dioses griegos utilizando los nombres romanos. Un ejemplo de esto es la traducción de la Ilíada realizada a principios del siglo XX por el afamado lingüista español don Luis Segalá y Estalella.

El énfasis en el aspecto físico

Quizás una de las mayores diferencias entre los dioses griegos y los dioses romanos es el énfasis que los artistas, poetas y autores griegos ponían en las descripciones físicas de las deidades. Descripciones que, salvo en algunos casos particulares como por ejemplo el de Hefesto, el dios rengo de la fragua, describían a estos seres supernaturales como entes físicamente perfectos y bellos. Los romanos, no obstante, no ponían un gran énfasis en el aspecto físico de los sus dioses, relegando dichas descripciones a un plano secundario e incluso terciario.

La importancia de los mortales

Otra gran diferencia entre las creencias de los griegos y las creencias de los romanos era la importancia que los mortales tenían en los deseos, acciones y destinos de los dioses. Si bien en la mitología griega los héroes mortales llegaban a tener en algunos casos una importancia similar a la de los mismos dioses en los distintos mitos, y sus buenas acciones en la tierra y el impacto de estas era algo importante y celebrado, en la mitología romana los mortales tenían una importancia prácticamente irrelevante.

Detalle de una estatua de Hermes.
Detalle de una estatua de Hermes.

Con la excepción de algunos héroes muy particulares como Hércules (Heracles para los griegos) y Ulises (Odiseo para los griegos), los poetas y autores romanos prácticamente no dedicaron líneas en sus trabajos literarios para relatar las historias de héroes mortales. Esto podemos evidenciarlo en el simple hecho de que los romanos no tenían nombres propios para los héroes mortales, salvo por los ya mencionados Hércules (Heracles) y Ulises (Odiseo); mientras que para los dioses si tenían sus nombres propios. Así mismo, los únicos héroes mortales de importancia propiamente romanos fueron Rómulo y Remo, los míticos fundadores de Roma, y Eneas, el héroe de la Eneida de Virgilio. No obstante, la Eneida fue una obra muy particular, ya que Virgilio, quien tras escribirla la rechazó, fue comisionado por Augusto, el primer emperador romano, para escribirla y darle a Roma su propio mito fundacional con ciertos aspectos propagandísticos.

Nota: cuando nos referimos a Eneas como un héroe romano lo hacemos desde el punto de vista que fue la Eneida de Virgilio la obra que desarrolló a dicho héroe como lo entendemos hoy en día. Su origen, no obstante, se remonta a Grecia, ya que Eneas era parte de los Himnos homéricos. Otro autor romano que expande la figura de Eneas fue Tito Livio en su libro sobre las leyendas más antiguas de Roma.

Otros héroes puramente romanos fueron Evandro, el mítico fundador de Palanteo, M. Curcio, héroe que sacrifica su vida para cerrar un abismo cercano al Foro Romano, y Silvio Brabo héroe que mata a un gigante. No obstante, estos fueron héroes menores y carecieron de la fama y popularidad de los héroes griegos como Aquiles, Ajax, Teseo, Jason, Héctor y tantos otros. Cabe mencionar que Ovidio, autor contemporáneo a Virgilio y Livio, en sus Metamorfosis fue uno de los pocos autores romanos en intentar replicar la exaltación griega de los héroes mortales.

La vida después de la muerte

En la mitología griega la vida después de la muerte en los mortales no tenía una importancia significante. Lo más importante eran las acciones realizadas en vida y el legado de la persona. Una persona que realizara buenas acciones y afectara al mundo positivamente dejaría un buen legado y sería recordada a través de dicho legado.

Los romanos, no obstante, daban mucha importancia a la vida en el más allá. Si bien muchos romanos creían en la reencarnación, un gran número de romanos creía en la existencia de los Campos Elíseos, una de las partes del inframundo a la cual iban las almas del los mortales virtuosos, los héroes y los niños. Así mismo, las almas de los mortales menos nobles terminaban en el Érebo. Es decir, las oscuras tinieblas halladas en los rincones del inframundo constantemente cubiertas por densas y oscuras nubes.

Nota: los griegos también creían en los Campos Elíseos, no obstante no le daban mucha importancia.

Diferencias específicas entre los dioses griegos y los dioses romanos

Dioses

Ares y MarteApolo y FeboEros y CupidoHades y PlutónHermes y MercurioHefesto y VulcanoPoseidón y NeptunoZeus y Júpiter

Diosas

Afrodita y VenusArtemisa y DianaAtenea y MinervaDeméter y CeresHestia y VestaHera y JunoPerséfone y Proserpina

Diferencias entre Ares y Marte

Si bien hoy en día nos referimos a Ares como el «dios de la guerra», debemos comprender que los griegos tenían varias deidades distintas dedicadas a la guerra, cada una de estas, ocupándose de un aspecto marcial en particular. Por ejemplo, la sabia Atenea era la diosa de la estrategia y la guerra justa, es decir, la guerra que se luchaba por un motivo noble, como socorrer a una polis aliada siendo invadida. Ares, no obstante, era el dios del aspecto violento de la guerra. El odio y la violencia necesarios para derrotar al enemigo, arremeter contra este una y otra vez hasta doblegarlo. Por ende, cuando los griegos representaban a Ares, no lo hacían generalmente en buena luz. Observamos una dinámica interesante entre la guerra justa y la estrategia (es decir Atenea) y la violencia y el salvajismo (Ares) en la obra homérica, más precisamente en la Guerra de Troya. Conflicto en el cual la justa diosa Atenea se ofende en gran medida por las salvajes acciones de Ares en el campo de batalla y, a pesar de estar ambos en el mismo bando de la contienda, la diosa redirige una flecha (una lanza en otras versiones) disparada por un mortal logrando con dicha redirección herir al dios marcial, quien prontamente viaja al Olimpo a protestar ante Zeus. Este evento es una clara metáfora por parte de Homero sobre el choque que existe entre la justicia y la violencia en una guerra.

Detalle de una estatua de Ares, el dios griego de la guerra.
Detalle de una estatua de Ares

Los romanos, no obstante, veían a Marte como su padre y la esencia del pueblo romano, y por ende era reflejado como un dios más calmo y menos agresivo, capaz de luchar violentamente en el campo de batalla pero a la vez ser estratega y capaz de mostrar clemencia. A diferencia de Ares, Marte no solo representaba un aspecto en particular de la guerra, sino que representaba a la guerra como un todo y era el exponente de la cultura marcial romana.

Marte era también dios de la agricultura, un aspecto muy importante en los ejércitos romanos antiguos, ya que solo los ciudadanos con tierras podían formar parte de sus filas.

Diferencias entre Apolo y Febo

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El dios griego Apolo no tuvo en un primer momento muchas diferencias en comparación con su contraparte romana. De hecho, y a diferencia del resto de los dioses y sus nombres específicos, los Romanos solían también llamarlo Apolo. Sin embargo, durante los tiempos del Imperio esta deidad comenzó a poseer un rol más importante, y los romanos comenzaron a referirse a este dios más frecuentemente como Febo. Tanto en la cultura griega como la romana Apolo y Febo eran dioses solares y de la luz.

Estatua de Apolo, uno de los dioses más venerados por los griegos y los romanos.
Estatua de Apolo.

Diferencias entre Eros y Cupido

Para los griegos Eros era el dios del amor y la pasión en todo su sentido y alcance. No obstante, para los romanos Cupido era el dios del amor romántico y el deseo.

Diferencias entre Hades y Plutón

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Tanto el Hades griego como el Plutón romano gobernaban sobre el Inframundo y dominaban las almas de los mortales perecidos. No obstante, mientras Hades era un dios que tenía una mayor habilidad para el presentimiento que su contraparte romana, Plutón era también el dios de la riqueza mineral. Al ser un dios del inframundo este tenía dominio sobre los metales preciosos, gemas y tesoros enterrados en la tierra. De hecho, la etimología de la palabra Plutón implica riqueza. Los griegos hacían poco énfasis en esta característica de Hades.

Detalle del busto de Hades.

Diferencias entre Hermes y Mercurio

Tanto el dios griego Hermes como el dios romano Mercurio eran los dioses mensajeros. Los griegos, sin embargo, le daban a Hermes un carácter más jocoso y bromista, muchas veces convirtiéndose en un ladrón simplemente por diversión. Mercurio, no obstante, asumía plenamente su carácter y rol como mensajero de los dioses y tenía una personalidad más seria.

Diferencias entre Hefesto y Vulcano

Tanto Hefesto como Vulcano eran dioses de la fragua, habilidosos creadores de todo tipo de herramientas, armaduras y armamento. No obstante, los romanos hacían énfasis en Vulcano teniendo el poder para controlar las erupciones volcánicas y el fuego de los volcanes (fuego que utilizaba como horno en su fragua).

Hefesto en su fragua.
Hefesto en su fragua.

Diferencias entre Poseidón y Neptuno

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Poseidón, el dios griego de los mares, las tormentas y los terremotos y su contraparte romana, Neptuno, se diferenciaban en un principio ampliamente entre sí. Neptuno no comenzó siendo un dios de los mares, sino que su reino eran los cuerpos de agua dulce. Con el paso del tiempo Neptuno fue abarcando todos los cuerpos de agua y asumiendo el control de las tormentas y otros fenómenos climáticos.

Estatua de Poseidón.
Estatua de Poseidón.

Diferencias entre Zeus y Júpiter

Tanto Zeus, para los griegos, como Júpiter, para los romanos, eran los dioses reyes. Es decir, los dioses que reinaban sobre los otros dioses. No obstante, si bien Zeus se entrometía constantemente en asuntos terrenales, engendrando un sin fin de hijos con mujeres mortales e involucrándose en las guerras de los mortales, Júpiter prefería ocuparse de los asuntos divinos. Otra de las grandes diferencias entre Zeus y Júpiter era el hecho de que el último también era el dios de la victoria, obligación que para los griegos era ocupada por la diosa Nike. En cierta manera los griegos también asociaban indirectamente a la victoria con Zeus, ya que comúnmente en las estatuas griegas el dios rey sostenía a Nike sobre la palma de una de sus manos.

Nota: a pesar de que Júpiter representaba la victoria, los romanos también contaban con su propia versión de Nike, la diosa aptamente llamada Victoria.

Detalle de una estatua moderna de Hera y Zeus o Juno y Júpiter. Los dioses griegos y los dioses romanos.
Detalla de una estatua moderna de Hera y Zeus o Juno y Júpiter.

Diferencias entre Afrodita y Venus

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Tanto Afrodita, para los griegos, como Venus, para los romanos, eran las más bellas de las diosas y a su vez las representantes del amor, algo que a veces se intercalaba con las tareas de Eros y de Cupido. No obstante, la mayor diferencia que Venus poseía con respecto a Afrodita es que esta diosa también se ocupaba de la fertilidad (tarea que los griegos asociaban primeramente con Deméter y que luego comenzaron a asignar también a Afrodita)

Diferencias entre Artemisa y Diana

La diosa griega Artemisa y la diosa romana Diana eran ambas diosas de la cacería, extremadamente aptas con el arco y flecha. La diferencia entre Artemisa y Diana, no obstante, era que Diana además presidía sobre la brujería y la femineidad.

Diferencias entre Atenea y Minerva

La diosa Atenea era una de las deidades más veneradas y queridas por los griegos, y por lo tanto tenía un sin fin de obligaciones sobre las cuales presidía. Diosa patrona de la ciudad de Atenas, Atenea presidía sobre la sabiduría, la estrategia militar y la guerra justa teniendo como tareas menores el presidir sobre las matemáticas, la fuerza, la estrategia, la habilidad artística, el coraje, la valentía, la inspiración, la ley y la justicia. Minerva, la contraparte romana de Atenea, presidía sobre muchas de estas áreas. No obstante, debido a que los romanos englobaron todos los aspectos marciales alrededor de Marte, incluida la guerra justa, Minerva deja de ser una diosa con aspectos marciales para estos.

Cabezal de la diosa Atenea.
Cabezal de la diosa Atenea.

Diferencias entre Deméter y Ceres

Deméter era una diosa de importancia relativa para los griegos, generalmente sirviendo un papel secundario en los mitos. No obstante, su contraparte romana, Ceres, era de mucha importancia para los romanos, ya que presidía sobre los cereales y los ritos funerarios.

Diferencias entre Hestia y Vesta

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Las diferencias entre la diosa griega Hestia y la diosa romana Vesta son cuantiosas. Para los griegos, si bien Hestia era en algunos mitos considerada como una de las doce deidades olímpicas (en otros mitos su posición era reemplazada por Dionisio), la misma no tenía la misma importancia que Vesta tenía para los romanos. Vesta era la diosa patrona de la vestalia, una de las festividades romanas más importantes. A su vez, era la diosa honrada por las vírgenes vestales, las sacerdotisas que cuidaban el fuego sagrado de roma. Así mismo, además de ser la diosa del fuego del hogar, algo que Hestia compartía, Vesta era también la diosa de los altares.

Pintura de una vírgen vestal colocando guirnaldas florales.
Virgen vestal preparando las decoraciones para la vestalia, por Carl Friedrich Deckler.

Diferencias entre Hera y Juno

Hera era la diosa reina de los griegos, y la misma era a su vez la hermana y esposa de Zeus. Si bien Juno era también la esposa de Júpiter, esta era mucho menos celosa y vengativa sobre los amoríos de su esposo. Una de las características de Hera era la violencia y saña con la cual esta se vengaba tanto de las amantes de Zeus como de sus hijos ilegítimos, siendo famosos los intentos por terminar con la vida de Hércules, hijo semidiós de Zeus, durante su infancia y vida temprana. Juno no era caracterizada por los romanos como una diosa vengativa.

Diferencias entre Perséfone y Proserpina

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La diferencia entre la diosa griega Perséfone, la amante de Hades en el inframundo, y la diosa romana Proserpina radicaba en la extensión de sus obligaciones. Mientras Perséfone era la diosa que se encarga del cambio de las estaciones del año, Proserpina se limitaba a ser la diosa de la primavera.