Hera, la reina del Olimpo y los dioses griegos

La diosa Hera, reina del Olimpo y de los dioses griegos, era la esposa de Zeus y gobernaba sobre el matrimonio, el hogar y los nacimientos.

Los dioses olímpicos

Hera es una de los Doce Olímpicos. Las diosas y dioses griegos de mayor importancia y poder en la mitología grecorromana.

Artículo principal sobre Las diosas olímpicas, las diosas griegas más poderosas.

Hera, la reina del Olimpo

En la mitología griega la diosa Hera (Juno en la mitología romana) es la hermana y a su vez la esposa de Zeus, el rey de los dioses, (Júpiter para los romanos) y la reina del panteón olímpico. Quizás la característica más importante y llamativa de esta diosa, entre cuyas obligaciones se encontraba la de presidir sobre el matrimonio, las mujeres y la familia, es que la misma no sólo se mantuvo fiel a su marido, algo inaudito entre las deidades grecorromanas con sus interminables listas de amantes y amoríos, sino que además se destacó por sus celos y su carácter vengativo hacia los amoríos e hijos ilegítimos de Zeus, en particular hacia héroe Heracles (Hércules para los romanos).

Debido a su carácter real por sobre incluso los otros dioses, las estatuas de Hera generalmente la muestran vistiendo el polos, una corona que indica su posición como reina del panteón. Si bien otras diosas también en ocasiones fueron esculpidas utilizando coronas, ya que después de todo las mismas gobernaban sobre varios aspectos de la naturaleza y la humanidad, Hera es casi exclusivamente representada con el polos y su cetro de mando.

Moneda de Argolis en cuya cara se encuentra reflejada la diosa Hera.
Moneda de Argolis, Argos (ca. 370-350 a. e. c.) en cuya cara vemos el perfil de la diosa Hera, la reina de los dioses, vistiendo el polos, su corona cilíndrica.

Hija de los titanes Crono y Rea, como muchos de los otros Doce Olímpicos, fue criada por los los titanes Océano y Tetis. Hera era considerada como una de las diosas más hermosas, incluso superando en belleza a la misma Afrodita.

El culto a esta diosa era común en toda Grecia, no obstante, fue en las ciudades de Argos y Salmos donde se la veneraba con mayor intensidad. El culto a Hera tenía de mucha importancia en Grecia, algo que se debe al hecho de que esta era una de las diosas más antiguas y ancestrales del panteón; al punto que el historiador experto en la Grecia antigua Walter Burkert ha teorizado que el culto a Hera posee atributos de la antigua Diosa madre (diosa de la fertilidad venerada desde tiempos prehistóricos).

Hera y los mortales

Busto de la diosa Hera.
Busto romano de la diosa Hera (Juno para los romanos) del siglo V basado en un busto antiguo griego. Vemos a Hera vistiendo el polos, una corona cilíndrica alta.

Si bien la gran mayoría de los dioses griegos no solía demostrar mucha consideración hacia los mortales, salvo algunas raras excepciones entre las que encontramos a Atenea, Dionisio y Apolo, la diosa Hera se caracterizó por el desprecio y su carácter vengativo hacia los mortales que no la respetaban. Un ejemplo clásico de esto es la Guerra de Troya, un sangriento y desgarrador conflicto entre troyanos y aqueos (griegos) que se desató cuando el príncipe mortal Paris eligió a Afrodita sobre Hera como la más bella entre las diosas durante la boda de la nereida Tetis con Peleo. Incluso una vez desatada la guerra pudo terminar de manera pacífica, no obstante, el rencor de Hera llevó a que Zeus abandone su parcialidad y el conflicto termine con la destrucción de Troya y el sufrimiento de miles de mortales.

Hera y Zeus

Es importante mencionar que Hera no se convirtió en la reina de los dioses gracias a su matrimonio con Zeus. Hera ya era considerada una reina antes de casarse con el dios rey, y ciertamente se trataba de una de las deidades más poderosas del panteón. Algo que podemos observar en el temor que causaban sobre Zeus, uno de los dioses más poderosos del panteón, sus ataques de ira.

A pesar del riesgo que la ira de Hera acarreaba, esto no detuvo a Zeus en sus conquistas amorosas, y el rey de los dioses fue ciertamente uno de los mayores amantes del Olimpo; entablando todo tipo de relaciones tanto con otras diosas como con mortales y teniendo una larga y casi interminable lista de hijos legítimos e ilegítimos. Los castigos de Hera contra los amoríos de Zeus fueron varios y crueles. Desde convertir a Calisto en una osa hasta ordenar a la ninfa Ío a permanecer junto al gigante de cien ojos Argos Panoptes, quien evitaba con su eterna vigía que Zeus se acerque a la joven ninfa. Cuando Zeus embarazó a Leto, Hera prohibió a esta dar a luz en tierra firme, y cuando descubrió el amorío de su esposo con la reina Lamia esta mató a sus hijos y la convirtió en un monstruo.

Detalla de una estatua moderna de Hera y Zeus o Juno y Júpiter.
Detalla de una estatua moderna de Hera y Zeus o Juno y Júpiter.

Hera no sólo castigaba a las amantes de Zeus, sino que también era vengativa con quienes ayudasen a Zeus a serle infiel. Por ejemplo, en Las Metamorfosis de Ovidio, Hera condena a la ninfa Eco a solamente poder repetir las palabras pronunciadas por otros al enterarse que esta ninfa la distraía con conversaciones para ayudar a Zeus a escaparse con sus amoríos.

Si bien Hera actuaba de manera vengativa hacia dichos amoríos e hijos ilegítimos, salvo hacia la diosa Atenea quien nació de la frente de Zeus por lo tanto no fue el producto de una infidelidad, nada se compara al profundo e intenso odio que Hera sentía hacia el héroe Heracles.

Hera y Heracles

Como mencionamos en la introducción, quizás el aspecto más famoso de la diosa Hera en toda la mitología grecorromana es el odio intenso que esta sentía hacia Heracles (Hércules) ya que el forzudo héroe había nacido del producto de un encuentro entre Zeus y la mortal Alcmena.

Alcmena era una princesa, hija del rey Electrión de Micenas y su esposo era Anfitrión. Una noche, cuando su marido se encontraba ausente, Zeus se aprovechó de dicha ausencia y, tomando la forma de Anfitrión, intimó con la desprevenida princesa. Al enterarse Hera hizo todo lo posible por evitar el nacimiento del semidios. No obstante, Galantis, la sierva de Alcmena logró frustrar los planes de la reina de los dioses, razón por la cual fue castigada cruelmente y transformada en una comadreja.

Heracles: el nombre Heracles significa «gloria de Hera», algo que Zeus creyó calmaría la furia de su esposa. No obstante, este gesto más allá de calmarla logró hacerla enfurecer aun más.

El odio de Hera hacia Heracles no terminó cuando nació el niño, y a los pocos meses de nacer dos serpientes enviadas por la furibunda diosa reina intentaron acabar con la vida del infante mientras este se encontraba en la cuna. Por fortuna, al ser un semidiós poseía cualidades sobrehumanas, y rápidamente logró estrangular a las dos serpientes con cada mano.

Hércules sosteniendo una de las serpientes enviadas por Juno.
Escultura romana del siglo II d.C. mostrando al joven Hércules sosteniendo una de las serpientes enviadas por Juno (Hera).

Hera continuó odiando y atentando contra Heracles durante su juventud y edad adulta, siendo los famosos doce trabajos, las doce tareas en teoría imposibles de cumplir impuestas al héroe por Euristeo, producto de las elucubraciones de Hera en su contra. Incluso, en ciertas versiones del mito, Hera logra enloquecer a Heracles llevando a que este asesine a su mujer, a sus hijos y a dos de sus sobrinos.

La Vía Láctea: en otras versiones del mito de Heracles fue el mismo Zeus quien engaño a Hera para que esta amamante al joven Heracles. Al enterarse la diosa lo aparta bruscamente de su pecho, y el chorro de leche materna formó el brazo de la Vía Láctea que vemos en el cielo nocturno (el cual es casi imposible de apreciar en las ciudades debido a la contaminación lumínica del presente).

Heracles terminó sufriendo una muerte extremadamente dolorosa, quemado vivo al ponerse una capa rociada con un veneno hecho a partir de la sangre de Neso. Al morir, el héroe fue elevado al estado de dios debido a sus heroicas acciones en vida. Más allá de enfurecerse Hera termina aceptándolo y reconciliándose con este, incluso dándole a su hija Hebe como esposa.

Símbolos

El pavo real era el animal de la diosa Hera, incluso su carroza estaba tirada por pavos reales. Entre los otros símbolos encontramos el polos, una corona cilíndrica y alargada, el cetro y la granada.

Es muy importante notar que si bien hoy en día se asocia al pavo real como el animal de Hera, en realidad los griegos no conocían a estas aves. Alejandro Magno los describió como «las aves persas» durante sus conquistas en Oriente. Los que asociaban a la diosa con el pavo real eran los romanos, y la razón por la cual la imagen de Hera y el pavo real es tan estrecha en nuestros días proviene de los inentos de los pintores y escultores renacentistas por unificar de manera indistinguible a Hera con Juno.

Epítetos

  • Ἀκραῖα Akráia, ‘de las alturas’;
  • Αλέξανδρος Aléxandros, ‘salvadora del guerrero’;
  • Τελεία Teléia (como diosa del matrimonio);
  • Ἀμμωνία Ammonia;
  • Ἀργεία Argéia, ‘de Argos’;
  • Χήρη Chḗrē, ‘viuda’;
  • Βασίλεια Basíleia, ‘reina’;
  • Βουναία Bounáia, ‘del túmulo’;
  • Βοῶπις Boṓpis, ‘con ojos de vaca’ (algo llamativo debido a su belleza);
  • Χρυσόθρονος chrysothronos, ‘del trono dorado’.
  • Λευκώλενος Leukṓlenos, ‘la de brazos blancos’;
  • Αἰγοφάγος Aigophágos, ‘la comedora de cabras’ (entre los lacedemonios);
  • Παῖς Pais, ‘niña’;
  • Παρθένος Parthénos, ‘virgen’;

Fiestas y rituales en honor a Hera

La Daedala

Un festival de reconciliación que se festejaba en Beocia cada una cierta cantidad de años. El mismo se dividía en dos festivales la Daedala menor, festejado cada cuatro años y la Daedala mayor festejado cada 60 años. El festival de la Daedala menor incluía alimentar a cuervos con carne, observarlos elegir un árbol de roble en el cual se posaban para devorar la carne y luego cortar dicho árbol y tallar una figura de la diosa. Durante la Daedala mayor se elegía una de las quince figuras de madera talladas durante las Daedalas menores que transcurrieron durante esos sesenta años, se la bañaba, se la vestía como una novia y se realizaba una gran procesión hasta el monte Citerón donde se realizaban varios rituales en honor a Hera.

Los Juegos Hereos

Estos eran unos juegos donde niñas jóvenes participaban en carreras a pie. Los mismos se festejaban cada cuatro años en Olimpia, muy posiblemente durante las Olimpíadas.

La Junonalia

Este era un festival romano celebrado durante las nonas del 7 de marzo. Muy poca información se conserva del mismo. Se cree que duraba unos tres días.

Cuadro de la diosa Hera

Nombre romano: Juno

Presidía sobre: Diosa del matrimonio y el nacimiento.

Títulos: Reina de los cielos.

Padre: Crono

Madre: Rea

Hermanos: Poseidón, Zeus, Deméter, Hades, Hestia, Quirión.

Hijos: Angelos, Ares, Ilitía, Enio, Eris, Hebe, Hefesto. (todos sus hijos fueron con Zeus)

Símbolos: el polos (diadema), el cetro, la granada.

Fiestas y rituales: las Daedalas, los Juegos Hereos, la Junonalia.

Animal sagrado: la vaca, el pavo real (como Juno)

Detalles: Era la esposa de Zeus y la reina de los dioses. Se caracterizaba por sus celos y carácter vengativo. En muchos mitos es incluso más bella que Afrodita.

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