Tique, la diosa griega del destino. Conocida como Fortuna por los romanos

Tique o Tiqué era la diosa griega del destino, la fortuna, la suerte y la prosperidad. Los romanos la llamaban Fortuna, y esta podía tanto dar como quitar.

Resumen de la diosa Tique

Estatua de la diosa Tique.
Diosa Tique sosteniendo el trigo de la abundancia y la prosperidad, mientras que al mismo tiempo aplasta a un náufrago en su infortunio.

Nombres alternativos: Tiqué

Nombre romano: Fortuna

Precedía sobre: El destino, la fortuna, la suerte y la prosperidad. En Grecia precedía tanto sobre la buena como la mala fortuna, mientras que en Roma se la veía como una diosa exclusivamente bondadosa que precedía solamente sobre la buena fortuna y la buena suerte.

Padre: En ocasiones se la representa como la hija de Zéus. No obstante, el más popular es el relatado por el gran poeta Hesíodo, en el cual presenta a Tique como la hija de Océano. Según los poemas de Alcmán su padre fue Prometeo (esto último no era muy popular, ya que Prometeo ni siquiera era un dios).

Madre: Tetis (Según Hesíodo)

Hijos: Pluto (según las fábulas de Esopo)

Detalles: poseía la rueda de la fortuna con los que controlaba los destinos de la humanidad, también poseía el cuerno de la abundancia y reiteradas ocasiones sostenía al niño Pluto, la personificación de la riqueza.

La diosa Tique

Tique o Tiqué, denominada Fortuna por los romanos, era la diosa de la suerte, el destino y la fortuna. En efecto, la palabra fortuna viene del nombre que los romanos le dieron a la diosa. Debemos entender que la diosa no solo representaba los aspectos positivos de dichas características, sino también los negativos. La fortuna, de hecho, puede ser tanto buena como mala. Debido a esto la diosa era comúnmente caracterizada sosteniendo una rueda, la rueda de la fortuna con la que comandaba los destinos del mundo.

Esta diosa era venerada principalmente en Tebas y Argos, pero fue en Atenas donde tuvo su mayor veneración ya que los atenienses creían que la diosa había favorecido a su ciudad por sobre las otras polis griegas. Como Fortuna, en Roma, fue muy venerada incluso mucho más que en Grecia, quizás porque los romanos no le atribuían la mala suerte ni el infortunio, sino que la veían como una diosa exclusivamente buena y caritativa. Para los griegos, Tique podía dar y a la vez quitar.

No era raro que cuando alguien se accidentaba o sufría lo que percibía como mala suerte, este intentara «reconciliarse» con la diosa ofreciéndole una ofrenda en su honor para intentar volver a ganar su favor.

Como con la gran mayoría de las otras deidades griegas, existen varios mitos alrededor del origen de la diosa. En ocasiones se la representa como la hija de Zéus. No obstante, el más popular es el relatado por el gran poeta Hesíodo, en el cual presenta a Tique como la hija de Oceano y Tetis

En las varias estatuas dedicadas a Tique se la muestra sosteniendo distintos elementos. Ya mencionamos la rueda de la fortuna. No obstante, la diosa también podía tener un cuerno de la abundancia, o sostener una bola en equilibrio (simbolizando lo volátil del destino), así como una venda sobre sus ojos simbolizando la incertidumbre futura. Muchas veces se la representaba sosteniendo al infante Pluto, la personificación de la riqueza.

Fotografía de la estatua de la diosa Tique.
Estatua en mármol de la diosa Tique sosteniendo al infante Pluto, la personificación de la riqueza.

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