Agnomina y cognomen ex-virtue. Los nombres honorarios de los romanos

Cuando un romano lograba un acto magnánimo un cuarto nombre podría llegar a ser agregado a su trinomia. Este era el ognomen ex-virtue.

Este artículo pertenece a una serie de artículos sobre los nombres romanos.

Los nombres romanos
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Cognomen ex-virtue

El cognomen ex-virtue era un cognomen, es decir tercer nombre, que se adquiría debido a una gran hazaña o tras ganar considerables riquezas y poder. Esto generalmente ocurría con ciudadanos romanos de orígenes no patricios, quienes tenían sólo dos nombres el praenomen y el nomen. Los patricios, por el contrario, tenían tres nombres el praenomen, el nomen y el cognomen (algo que se empieza a utilizar en tiempos de la República, ver el artículo principal sobre los nombres romanos). Al obtener su cognomen ex-virtue, entonces, estos ciudadanos triunfadores de orígenes no patricios obtenían así un tercer nombre el cual permitía que estos y sus familias se asimilen mejor entre la aristocracia romana.

Un ejemplo de lo mencionado anteriormente es Cneo Pompeyo, el enemigo de Julio César durante la Segunda Guerra Civil Romana. Pompeyo era un hombre de orígenes no patricios, por lo que sólo poseía dos nombres. No obstante, sus importantes hazañas militares en oriente, que permitieron a la República romana alcanzar su máxima extensión oriental hasta ese momento, hicieron que el mismo fuera premiado con un cognomen ex-virtue (o cognomen a la virtud). Razón por la cual Pompeyo pasó a llamarse Cneo Pompeyo Magno.

Ilustración reflejando a Pompeyo Magno con su cognomen ex-virtue.
Placa en honor a Pompeyo Magno.

Agnomen

Si bien los romanos de origen patricio tenían tres nombres (estructura de los nombres romanos), en ciertas ocasiones extraordinarias un cuarto pseudo-nombre podía ser agregado para resaltar a dicha persona. Este cuarto pseudo-nombre se denominaba como el agnomen (plural agnomina). Dicho agnomen generalmente se otorgaba como un premio a una gran hazaña o característica de una persona. En contadas ocasiones se permitía también que transferir este nombre a los descendientes como herencia. No obstante, lo normal era que sólo la persona que fue premiada con el agnomen lo posea.

Por ejemplo veamos el caso de Publio Cornelio Escipión, uno de los casos más famosos de agnomen en la historia romana. Su nombre en latín era Publius Cornelius Scipio, luego de sus espectaculares victorias militares en África, pasa a llamarse Publius Cornelius Scipio Africanus, es decir, Publio Cornelio Escipión el Africano. Como este era un agnomen su hija, la madre de los hermanos Graco, famosos por desatar el Conflicto de los ordenes, era conocida informalmente en la sociedad romana como Cornelia la Africana. Sin embargo, los hermanos Graco no heredaron dicho agnomen de su madre. Con este ejemplo podemos ver que si bien en algunos casos el agnomen era heredado, este sólo se transfería a través de una limitada cantidad de generaciones -al menos mientras durara en la memoria popular la hazaña gloriosa del antepasado-.

En los tiempos antiguos

En los primeros siglos de la república y tiempos anteriores muchos ciudadanos patricios tenía solo dos nombres. Los que poseían tres nombres en esa época generalmente era debido al producto de un agnomen -un nombre honorario- y no de un cognomen real. Esto cambió durante los tiempos de la República, y la tria nomia, el sistema de tres nombres, se volvió la norma entre los romanos de orígenes patricios. Hablamos en mayor detalle sobre ésta tradición en el artículo principal de los nombres romanos.

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